Casa Rural Pixurri.

Hoy por Lanuza pasa el cierzo de paseo, no es muy fuerte pero fino, frío y seco. En las puntas de las montañas una suave mantilla blanca certifica que ha nevado un poco esta noche. Pasando por delante de casa Pixurri he llamado a Rosén, el recepcionista, para saludarlo y he echado de menos las hermosas y buenas naranjas que José Manuel, el dueño de la casa, subía desde su tierra valenciana los inviernos pasados. Lo que sí tiene en la entrada es una calabaza enorme, saldrían una infinidad de empanadicos o buenos purés, pero allí está muy bien pues, con su fuerte color naranja, da una alegría especial a la estancia.