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A vecinal |
Hoy sigue la segunda parte
programada de los trabajos a vecinal y se termina una larga etapa, más de veinte años que se empezaron a hacer las obras todos juntos, unidos por una mirada de futuro en común.
ME TERMINAN DE DECIR QUE HOY ES EL ÚLTIMO DÍA. A partir de ahora será una empresa la que se encargue: pagaremos todos por igual.
Recuerdo con nostalgia aquellos primeros años en que había que sacar primero a las vacas de las casas para poder entrar en ellas, o en las ruinas que quedaban. Los fines de semana se daban cita hombres y mujeres. Matías, Angel y Marcos pusieron en marcha la máquina y todos se subieron al tren con una unión ejemplar. Mientras tanto y siguiendo la regla de San Benito "a Dios rogando y con el mazo dando" bajaban a Zaragoza una y otra vez para solicitar la reversión que fue llegando palmo a palmo porque la ley estaba de nuestro lado.
Lanuza ya es una realidad. Algunos, han venido a vivir con nosotros porque se enamoraron del entorno pero sin profundizar en esas raíces que a los del pueblo nos han mantenido siempre unidos en el trabajo y en la defensa tradicional de la casa, una unión en la que entraban leyes no escritas pero que todos conocemos y respetamos, por haberlas vivido siempre así. Posiblemente, el que llega de fuera, tiene otra visión de las cosas y cree que deben de cumplirse como él las entiende y hasta puede que tenga razones legales, pero eso no le hará convivir mejor con los vecinos. Otros, son un ejemplo de integración.
La ilusión es como un globo que cualquiera puede pinchar sin ningún esfuerzo, basta un sólo alfiler ... un "pronto". Una tormenta puede hacer estragos en segundos. La incomprensión hace enemigos. Las dos cosas son muy difíciles de reparar. Es como el granizo que paraliza, rompe y mata. En un momento se hace añicos el cristal.
No es justo !!