La tarde ha pasado sin darme cuenta. Primero mis amigos pamplonicas, antiguos clientes del hotel La Casueña, que van a pasar una semana de esquí o pateando caminos, les da igual, lo que salga porque estarán a gusto de cualquier forma ya que se encuentran como en familia. Después Pepa, que ha subido a Lanuza, a su casa, para pasar este fin de semana y aquí hemos estado "comentando" sin blog todos los aconteceres. Al poco ha subido Pili y cuando nos hemos dado cuenta ya era de noche. La luna ya pasaba por encima del corral jugando al escondite con las nubes y Bolo ha dado su última vuelta gatuna, buscando caza para cenar por debajo de la leña ... pero se le ha terminado la ilusión cuando lo he cogido mientras arrastraba un "miauuuuu" de protesta.
Hay algo que no me pega en la foto. ¡Ya! El vino, falta el vino. El pincho de tortilla con cafe solamente se toma en el desayuno.
ResponderEliminarEl vino rancio no faltó, no, lo que pasa es que lo había retirado. No es tortilla, es empanadico de manzana que me trajo Pepa ... buenísimo!!
EliminarEl tiempo pasa sin darnos cuenta. Y mucho más deprisa cuando los nietos están por alrededor alegrándonos la vida.
ResponderEliminarAcabo de hablar con Marisol, te manda un beso….y yo otro
Muchas gracias. Yo también os mando un besico.
Eliminar