Hay en un rincón del corral unas piedras que Marcos fue apilando, cuando reconstruíamos la casa y allí se quedaron. Puse unas siemprevivas y han ido brotando otras, ensanchándose por las piedras, si algo les va mal son las tormentas con piedra porque las machaca. No se hielan y aguantan sin regar. Vamos, que son muy austeras y fuertes. Pero ... ya tienen una plaga con la que no contaban peor que las pedregadas: BOLO.
AHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!! y este Bolo .... es que no paraaaaa!!!! detrás de una hace otra!!!! estarás bien entretenida!!! jajajajaja!!! Besos guapa!!!
ResponderEliminarAquí casi no me acuerdo de él, acude a cada momento, salta y vuelve al corral, sube y baja por donde quiere, duerme cuando le apetece ... feliz! De momento mantengo la puerta de la calle cerrada porque hace frío, veremos que pasa cuando se quede abierta y salte.
EliminarBolo, Bolo, siempre incordiando
ResponderEliminarNooooo!
EliminarDe verdad que no incordia nada y me hace mucha compañía. Ya no tengo flores que pueda romper o que me importen, las plantas que hay, rosales, margaritas, lis ... son las que no se hielan en invierno, así que ya están acostumbradas a gatos.
LA LEYENDA DE LA SIEMPREVIVA :
ResponderEliminarLa siempreviva es una bonita planta que ha tenido un ámplio uso como planta ornamental, en jardines de roca (roquedos) y macetas, pero particularmente cubriendo los tejados de las casas, al considerar la tradición popular que ahuyenta el rayo. Tanto es así que se cuenta que Carlomagno (742-814 d.C), rey de los francos, mandó que se plantara en los tejados de las casas de labor imperiales, para que las protegiera de los rayos. El nombre de barbas de Júpiter, con el que también es conocida la planta, se debe a esta creencia de tener la planta facultades para ahuyentar el Rayo.
Claro que lo de SIEMPREVIVAS, será si Bolo está de acuerdo, porque estando por alrededor…..
Que bonita leyenda, Laura, no la conocía.
EliminarQue bonita leyenda, Laura, no la conocía.
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