Peluquería Diana.

Veinticinco años hace que Diana montó su peluquería, era una cría llena de ideas muy claras, ya tenía su propia clientela pero ahora la tiene ampliada por todos nuestros valles. Tengo la suerte de que sea mi   vecina (yo vivo justo encima) y año tras año hemos consolidado una amistad que nació el primer día, un cariño y una confianza mutuas que hemos llegado a favores muy personales, como ponerle las lentillas a Marcos una vez que yo no estaba, entre otras cosas. Hoy he bajado a hacerme el último corte definitivo del pelo, el que ya deja al descubierto mis canas y me aleja totalmente de los tediosos tintes. He llevado el pelo rojo, rubio, con mechas ... pero ahora siento una liberación total y satisfactoria. ¡Otro lastre fuera!